El baricentro se ha bajado sensiblemente, según aseguran los técnicos de Vortex, lo cual ha requerido un trabajo considerable en fase de proyecto a la hora de determinar qué masas desplazar, girar o redimensionar para hacer que el centro de gravedad equivalente del motor quedara lo más cerca del terreno. Está claro que una reubicación del baricentro no regala caballos extra, pero no cabe duda de que ayuda a sacarle más partido a los que ya hay, con lo que el manejo mejora, al verse reducidos los movimientos de cabeceo y balanceo. De este modo, aun sin tocar la parte térmica del motor, que ha permanecido idéntica respecto a la anterior homologación, se ha conseguido dar un decidido paso adelante en términos de rendimiento.