Las modificaciones más sustanciosas hay que buscarlas sin embargo en el cárter. Ante todo, hay que hablar de la admisión: se ha realzado el conducto nada menos que 12 milímetros, siendo ahora su perfil interno levemente diverso, debido, sobre todo, a la nueva posición. Entre el Junior y el Senior, la diferencia estriba, en este caso, en la inclinación de la válvula laminar respecto al plano del cilindro, respectivamente de 27º y 22º: los 5 grados menos de diferencia casan mejor con un motor, como es el de la categoría OK, pensado para correr alcanzando hasta 16000 revoluciones, en comparación con las 14000 del OKJ. A esto, naturalmente, le ha seguido un análisis de las superficies de la boca de los orificios laterales de admisión, mecanizadas después con máquinas de control numérico para garantizar una precisión total.