El modelo S55 de TBKART tiene como característica fundamental la de estar formado por tubos todos ellos de 30 mm de diámetro, al contrario que el otro modelo de la casa de fabricación italiana, el S197, que en cambio es un “todo 32”. El S55 está disponible tanto en la versión para motores automáticos (el protagonista de este artículo) como en la version para motores de marchas. Esta última se distingue naturalmente por el juego de accesorios propios de este tipo de kart (sistema de frenado también en el eje delantero, palanca de cambios y embrague), pero también por las estructuras que soportan las bridas de rodamientos del eje trasero, que son diferentes.
Con el S55, TBKART ha pretendido crear un chasis que, en su versión para automáticos, casara bien con las condiciones de agarre con las que se topa la mayoría de los kartistas practicantes de todo el mundo, es decir, pistas sin demasiados restos de goma y el uso de neumáticos de mezcla tendencialmente dura. Buscando ofrecer nuevas soluciones con las que cubrir las exigencias de los pilotos de las distintas categorías, TBKART ha diversificado además la producción, desarrollando un diseño especial del bastidor con unas geometrías específicas para las categorías Junior, en las cuales –por la menor potencia en juego– se necesita una mayor fluidez dentro de la curva. En las categorías Senior, sin embargo, aunque siempre trabajando en los pequeños detalles de fabricación del bastidor, se ha optado por dar más peso al agarre en la frenada y a la fluidez en la salida de curva. La eliminación de algunas soldaduras superfluas ha permitido lograr que el chasis, en general, sea más ligero y proporcionar una mayor rigidez al bastidor: al tener que efectuar menos soldaduras para la aplicación de los elementos accesorios, los largueros y travesaños (o sea, los tubos principales del bastidor) se ven sometidos a un estrés menor.