Para lograr que la reducción del intereje primario no creara problemas, los ingenieros han trabajado también con los volúmenes del circuito de refrigeración, más concretamente en el tramo que el fluido tiene que atravesar una vez que entra en el motor, interpuesto entre el cárter y el grupo de transmisión. En este punto se ha revisado la forma del conducto en las zonas cercanas al punto de entrada y salida del fluido para compensar el estrechamiento que se acaba creando a medio camino, donde las paredes de la caja de cambios y del cárter del cigüeñal llegan casi a tocarse. El fluido, al deslizarse por este hueco, tiene que transferir el menor calor posible; de lo contrario, se corre el riesgo de que la mezcla se caliente demasiado incluso antes de entrar en la cámara de combustión. Por el mismo motivo, la parte inferior de esta cavidad, en correspondencia con el punto de entrada del fluido, se ve ahora expuesta en mayor medida al flujo de aire, como bien puede apreciarse al abrir el cárter.