La colaboración entre el Tony Kart Racing Team (departamento oficial de carreras de Tony Kart) y el departamento de I+D de OTK Kart Group desempeña un doble papel fundamental: por un lado, orienta el diseño de nuevos componentes y el perfeccionamiento de los que ya están en uso, garantizando un mayor rendimiento y constancia de funcionamiento, pero no sólo, porque también influye en la elección de los materiales adecuados según el tipo de aplicación del componente. Por ejemplo, a pesar de que una de las características históricas de los chasis de Tony Kart es que sólo tienen accesorios de magnesio, la empresa ha optado recientemente por cambiar a aluminio forjado de alta calidad para la producción de ciertos componentes, como los pedales y las carcasas de los rodamientos. Las razones son, por un lado, el impacto medioambiental generado por ciertas etapas de producción/procesamiento del magnesio y, por otro, el desgaste excesivo de componentes específicos, como las carcasas de los rodamientos del eje. La diferencia entre el magnesio y el ergal es importante: el primero tiene ciertas cualidades físicas, como un menor peso específico y una mayor conductividad térmica, que lo hacen ideal para la producción de aquellos accesorios que requieren una buena disipación del calor (portadiscos, porta-corona, llantas y mazas de rueda), mientras que el segundo ofrece mejores características mecánicas, entre ellas una mayor resistencia y un menor desgaste, por lo que es preferible para la producción de piezas sometidas a un esfuerzo mecánico considerable. El nuevo Tony Kart Racer 401 RR, homologado tanto para la categoría direct-drive como para la shifter (la versión que se trata en este artículo), es una evolución directa del Racer 401 R (un modelo lanzado en 2019 del que puedes leer en el ‘Under Review‘ dedicado). Los ingenieros de OTK se enfrentaron a la difícil tarea de perfeccionar un chasis que, en su conjunto, había demostrado ser completo y, sobre todo, exitoso.