El invierno no es claramente la mejor estación para salir con el kart: los días son cortos, la temperatura es baja, el asfalto está helado, y son pocos los kartistas que se atreven. Pues con todo, en la práctica, a menos que las condiciones sean “extremas”, con las pistas cubiertas de nieve y hielo por todos lados, no hay nada que impida sacar el kart del garaje y seguir poniéndose al volante. No cabe duda de que las pistas estarán más libres y tendremos todo el espacio que queramos en los paddocks: condiciones que, para algún que otro kartista, podrían fomentar el relajamiento y la diversión, haciendo que la molestia de las manos congeladas quede en segundo plano. Lo que no hay que olvidar, sin embargo, es que el frío intenso no ofrece las condiciones ideales para correr, ni para el kart y todos sus accesorios, ni para los neumáticos, ni para el piloto. Por tanto, si se decide salir igualmente a la pista, conviene tomar algunas medidas para afrontar la situación de la mejor manera.