La medición del squish se lleva a cabo utilizando un hilo de estaño de diámetro superior a 1,5 mm (idealmente alrededor de 1,8 mm). Dicho hilo se coloca en el interior de la cámara de combustión para después, haciendo girar el cigüeñal, aplastarlo y obtener la distancia mínima exacta entre la cabeza del cilindro y la cabeza del pistón.
Más en detalle, el procedimiento perfecto para la medición del squish requiere desmontar la cabeza del cilindro e introducir un trozo de hilo de estaño con una longitud equivalente al diámetro del cilindro (54 mm, es decir, su calibre). Hay que colocar el hilo paralelo al perno del pistón: de esta manera, las imperceptibles (pero presentes) holguras derivadas de la inclinación del pistón que gira alrededor del perno se verán anuladas.
Llegados a este punto, se vuelve a montar la cabeza del cilindro, apretando correctamente los tornillos uno a uno en sentido cruzado y con su par exacto, como si el motor tuviera que ser montado para ser utilizado de nuevo.
Tras lo cual, sujetando el cigüeñal por los dos lados (encendido y piñón), se hace girar hacia delante y hacia atrás un par de veces. A continuación, con unas pinzas largas, se extrae el hilo de estaño y se mide con un calibre la parte más baja, que se halla después del “diente” formado en los dos extremos del hilo de estaño por el espacio que queda entre la cabeza y el aro del pistón.