En qué tienes que fijarte cuando compras un motor usado para el kart

Un motor para kart no es una inversión de nada, especialmente en modelos punteros de los fabricantes más fiables y prestigiosos. Por lo que acudir al mercado del usado es una posibilidad que muchos aficionados barajan a menudo. Las buenas ocasiones no faltan, como tampoco es raro quedarse con un mal sabor de boca, especialmente si la compraventa tiene lugar entre particulares y no a través de tiendas que, en cualquier caso, garantizan y certifican también productos de segunda mano. Contando con la experiencia de Galiffa Kart, empresa que ha hecho fortuna con la preparación y mantenimiento de los motores, cosechando victorias en no pocos títulos importantes a lo largo de los años, hemos elaborado una pequeña guía de comprobaciones y chequeos imprescindibles cuando se decide comprar un motor usado.

1 INFÓRMATE

Antes de pasar a los detalles más técnicos, sin embargo, el equipo de Galiffa ha querido hacer hincapié en las recomendaciones generales que hay que seguir antes de ponerse a hojear anuncios. Ante todo, es fundamental determinar cuál es nuestro presupuesto, para tener un listón a la hora de buscar. El segundo paso “propedéutico”, especialmente para quien está empezando, es informarse, por lo menos a grandes rasgos, sobre los distintos tipos de motores existentes y sobre cómo han evolucionado con el tiempo. “Suena ridículo–explican en Galiffa Kart–, pero a menudo uno se topa con personas que llevan un motor de hace 20 años porque no tenían ni idea de lo que estaban comprando”. Verse con algo para lo que ya no existen piezas de repuesto no es un buen modo de empezar la propia aventura.
Habida cuenta de este marco previo de referencia, veamos más concretamente alguna que otra buena práctica, siempre válida, que todos deberían acordarse de aplicar cada vez que van en busca de una buena ocasión de compra.

2 PIEZAS ORIGINALES

La verificación fundamental, tanto que las otras comprobaciones casi parecen superfluas, consiste en asegurarse de que el motor esté ensamblado solo con piezas originales del fabricante. Es una recomendación que vale para todas las piezas, pero a las que hay que prestar más atención son la biela y el pistón. Y no por motivos técnicos particulares, sino por el simple hecho de que estas son las dos piezas con las que los autoproclamados preparadores o los mecánicos improvisados suelen experimentar más, consiguiendo solo comprometer la fiabilidad y también, con frecuencia, las prestaciones del motor. Así pues, si se tiene la oportunidad de echar un vistazo a su interior, siempre hay que buscar el logotipo con el que cada fabricante identifica sus repuestos. Si no lo encontráis, desconfiad: no olvidéis que la mejor y única garantía, cuando hablamos de un motor para kart, es la incesante labor de desarrollo y control de calidad que los fabricantes emprenden para llevar a cabo cada una de sus piezas.

¿QUÉ HAY QUE MIRAR CUANDO SE COMPRA UN MOTOR USADO?