En los karts, la transferencia del par motor a las ruedas traseras tiene lugar mediante una sencilla estructura: piñón, cadena, corona. Para los karts automáticos, que no requieren la presencia del cambio, la determinación de una relación de transmisión óptima entre piñón y corona, dependiendo del motor y del tipo de pista, juega un papel importante para sacarle todo el partido al propulsor. Pero, en la práctica, cualquiera que sea la relación elegida, para que esta resulte fiable en la pista, es igualmente decisivo efectuar el montaje de la transmisión de manera correcta. Veamos cómo hacerlo.

El primer elemento que hay que montar es el portacoronas, que se ha de insertar en el eje, a la altura de la chaveta. El portacoronas, por el momento, no hay que fijarlo al eje, para así poder ajustar seguidamente la posición de la corona respecto al piñón. Una vez introducido el portacoronas, se puede pasar a la corona y, en este caso sí, hay que fijarla a este último.