Riccardo Longhi: “Con los
automáticos, la conducción debe ir encaminada a mantener una trayectoria que permita llevar la
mayor velocidad posible en el
centro de la curva: no hay alternativa, cuando se lleva montada
una sola relación de transmisión y no se puede meter una marcha que permita alcanzar el par motor al instante. De lo contrario, al volver a pisar el acelerador nos encontraríamos con que el motor lleva un régimen en el que le
cuesta subir de revoluciones y, por tanto, con serias dificultades en la fase de aceleración. Sin embargo, el kart
KZ tiene unas características
diferentes: está equipado con
frenos delanteros, un motor de más
caballos y
cambios de velocidad de 6 marchas, así que hay que
aprovecharlas: en lugar de empeñarse en llevar trayectorias
excesivamente abiertas, puesto que se tiene una potencia de frenada mayor, se puede optar por hacer un
recorrido más corto, compensando la consiguiente falta de velocidad en el centro de la curva con la posibilidad de bajar de marcha y
disponer de par motor incluso cuando la
salida de curva es más lenta”.