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La comparación no podía ser más inmediata: “La alimentación es para el piloto lo que la gasolina es para el kart: si se le pone demasiada, el vehículo se vuelve pesado; si se le pone poca, se corre el riesgo de no llegar al final”. Pero, sobre todo, hay que ponerle la adecuada, porque “un motor 4T no puede llevar mezcla...”. Palabras del Dr. Riccardo Ceccarelli, fundador del centro Formula Medicine, que desde 1989 a hoy, ha ayudado a más de un centenar de pilotos de varias categorías del automovilismo, desde el kart a la F1. Un experto, pues, que sabe bien lo mucho que cuenta la alimentación en la actuación de un piloto durante una jornada en la pista.
Empecemos por una observación muy sencilla: en realidad, no existe una alimentación para los días normales y una para los días de competición. Por ejemplo: si tengo una sola carrera a las cuatro de la tarde, como con normalidad, como todos los días. El problema, pues, pasa a ser lo que he de comer todos los días... Es un poco distinto si dispongo de poco tiempo para organizarme y las sesiones en la pista van muy seguidas una con otra.
Pasta o arroz en blanco, aliñados con un chorrito de aceite o con salsa de tomate sencilla; carne magra, asada en la parrilla y sin sal; pescado blanco hervido; fruta; verdura... Estos son alimentos sencillos que vienen siempre muy bien.
Podemos empezar, también en este caso, con un consejo general: comer como los monos. Sé que parece raro, pero es exactamente eso: cuando los monos se hallan en su ambiente natural [como un kartista en la pista, n.d.r.], se nutren nada más sentir el estímulo del hambre o que les baja el nivel de azúcar en el organismo. Toman lo que tienen al alcance de la mano, pero no se atiborran, y dejan ahí las sobras. En resumen: comer poco y a menudo, evitando ayunos demasiado largos y teniendo cuidado de no comer justo antes de tener que ponerse al volante.
Estoy convencido de que, si fuera a la parrilla de salida con alguien de medicina interna y les hiciera una gastroscopia a todos los pilotos, la mayoría de ellos tendría algo en el estómago: y eso no está bien. Porque la digestión le “roba” sangre al resto del organismo, dejando menos para el cerebro y los demás órganos implicados en la actuación al volante
Depende mucho de los compromisos que tenemos en la pista. A grandes rasgos, habría que desayunar, almorzar algo a media mañana, después la comida del día, una merienda a media tarde y luego la cena. Lo importante, como he dicho, es comer alimentos sencillos, triviales: hay que aprender dos o tres reglas básicas, llevar una idea de la aportación de calorías que cada alimento puede proporcionar y de los tiempos de digestión, y lo demás viene rodado, teniendo un poco de sentido común y escuchando las señales del propio cuerpo.