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Cuando se conduce sobre una superficie mojada, los puntos de referencia no sirven para nada, debido a la reducción del agarre en pista. En esa situación, el piloto se ve obligado a modificar su estilo de conducción significativamente, subiendo los puntos de frenada y modificando la trayectoria y la velocidad en las curvas. Todo esto se observa fácilmente en el análisis de datos pues se resaltan las diferencias.
Este artículo se centra precisamente en la comparación entre los datos obtenidos durante una vuelta en condiciones secas y otros sobre pista mojada.
Observando simplemente a un piloto que corre sobre una pista mojada, notamos enseguida cómo están notablemente más arriba los puntos de frenada en comparación con lo que sucede en condiciones secas. La trayectoria general del piloto cambia también, así como, naturalmente, su velocidad.
Todo lo que se necesita, de hecho, es un primer resumencomparando cómo cambia la carrera en "mojado" de la carrera en "seco".
¡Ciertamente! Lo primero que salta a la vista, obviamente, es el perfil de la velocidad. En pista mojada (resaltado en rojo en la pantalla de telemetría) tanto la velocidad máxima como, sobre todo, la velocidad en las curvas son mucho más bajas.
No sorprende que los tiempos por vuelta no sean comparables.
Se puede esgrimir un argumento análogo sobre el estilo de conducción, con los datos que señalan un uso notablemente diferente del acelerador y del volante: sobre pista mojada, el tiempo que pasa el piloto con el pie completamente fuera del pedal del acelerador es mucho mayor, y las correcciones son más numerosas y pronunciadas.
Todo esto se confirmamediante varios índices que ayudana comprender el estilo general del piloto (y que hemos explicado en el artículo anterior): la dinámica del sensorde dirección y la aceleración.