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Tras haber visto cuáles son las reglas básicas para la gestión de los neumáticos, Stefano Mantese, responsable de desarrollo y competición de Vega, empresa líder del sector, explica cómo sacarles todo el partido a los neumáticos para optimizar sus prestaciones en la pista y hacer que duren más. Al mismo tiempo, desmiente algunos lugares comunes que no es raro oír por ahí en los paddocks de los kartódromos, especialmente entre los menos expertos. Descubriremos que, en realidad, con pocos, sencillos, consejos prácticos, hasta los pilotos que están empezando pueden llegar a sacarle el máximo partido a este elemento tan determinante para una buena actuación.
Ante todo, conviene recordar que en las competiciones el uso del nitrógeno está prohibido por el reglamento. En cambio, si nos quedamos a nivel de aficionado, no hay ningún problema. Es más: el nitrógeno, de hecho, es un gas que no sufre la humedad y es mucho menos sensible a los cambios bruscos de temperatura respecto al aire exterior, una características que permite obtener prestaciones más constantes y mantiene a raya los aumentos excesivos de presión. En efecto, no es casual que el nitrógeno se use también para inflar los neumáticos de la Fórmula 1. Para conseguir una pequeña bombona de nitrógeno, que además dura bastante antes de gastarla, no hay más que acudir a cualquier mecánico de ruedas.
Un error muy común es el de entrar en la pista con los neumáticos nuevos y ponerse enseguida a dar caña. Pero de esta forma la banda de rodadura se estropea excesivamente y muy rápidamente, por lo que no logrará alcanzar ya el pico de prestaciones previsto. Así pues, lo primero que hay que hacer siempre es el rodaje de los neumáticos. El procedimiento más correcto para el rodaje consiste en dar una vuelta despacio, seguida de tres vueltas en las que ir pisándole poco a poco mientras el tiempo de vuelta vaya mejorando. Cuando se ve que el tiempo de vuelta empieza a subir, se dan otras dos vueltas despacio y luego se vuelve a los boxes para dejar que los neumáticos se enfríen.
Si se corre siempre en una pista con prevalencia de curvas hacia la derecha (o izquierda), una buena idea puede ser la de invertir los neumáticos después de cada turno: poner los de la derecha en la izquierda y viceversa. Este procedimiento no implica ningún tipo de problema en cuanto a prestaciones y rendimiento (por lo menos en lo que se refiere a los neumáticos Vega...). La idea es uniformar tanto el desgaste como la vulcanización de los neumáticos. De esta forma se reduce además el rolling (las ondulaciones que se forman sobre la banda de rodadura, n.d.r.).