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Quien conoce el mundo del kart, y de los motores en general, sabe lo fundamental que es la categoría 60 Minikart, la más formadora en absoluto, donde los niños empiezan a convertirse en verdaderos pilotos, aprendiendo a relacionarse con los mecánicos y viviendo como protagonistas los fines de semana de competición junto a los más grandes. Por otro lado, aunque los vehículos propulsados por un motor de 60 cc puedan parecer más sencillos, si se los compara con un kart para adultos, en realidad entrañan los mismos problemas y, también en ese sentido, permiten aprender mucho. Con Simone Sorio, mecánico de gran experiencia de Energy Racing Kart, vemos cómo cuidar al máximo el kart 60 Mini, sin olvidar alguna que otra sugerencia para corregir los errores de conducción más comunes de los pequeños pilotos.
Es lo que piensan muchos de los que no siguen la categoría Minikart. El chasis Mini es sensible a cualquier cambio en la configuración, precisamente como un OK o un KZ. Es más, puesto que dispone de menos potencia, hay que prestar aún más atención, por ejemplo, al agarre en la pista: si es demasiado, el kart corre el riesgo de malgastar potencia sin ser competitivo. De todos modos, estamos hablando de un vehículo de competición que es sometido a esfuerzo para obtener el máximo rendimiento, no de un juego. Hay que cuidar todos los detalles, empezando por una limpieza esmerada, que debe hacerse a la vuelta del turno en la pista, para comprobar que todas las piezas estén en buenas condiciones.
La zona que se ensucia en mayor medida es la del motor. Especialmente, el grupo piñón-cadena-corona es el que necesita más cuidados. Lo primero que hay que hacer, con la ayuda de un pincel empapado en gasolina, es limpiar bien la cadena, quitando cualquier residuo acumulado; después, efectuar la misma operación en la corona y por último, ocuparse del motor. A continuación, se rocía toda la zona con WD-40, ultimando la limpieza con papel o con trapos.
La cadena es sin duda el órgano más delicado, ya que se ve sometido a fuertes solicitaciones y rozamientos: limpiarla a cada turno contribuye a preservarla. Los residuos acumulados mientras se corre, o peor aún, al salirse de la pista, en efecto pueden alargarla, modificar su paso e incluso estropearla completamente. Si la cadena del minikart tiene un color oscuro, es señal de que ha trabajado sin lubrificación y hay que sustituirla.
La cadena hay que lubrificarla después de cada turno, con el espray de grasa correspondiente. Hay que tener cuidado de que la grasa penetre bien en todos los eslabones; de hecho, a menudo esta operación se lleva a cabo cuando el kart está en el suelo y, por pereza, se rocía rápidamente, convencidos de que la grasa se va a desplazar después a lo largo de toda la cadena. ¡Es un error! Si lo hacemos así, vamos a tener una cadena lubrificada hasta la mitad, mientras que la otra mitad va a trabajar en seco. Otro error común es el de lubrificar la cadena y, seguidamente, arrancar el kart mientras se halla sobre el carro de transporte, para calentarlo o comprobar la carburación. ¿Qué pasa? Pues que toda la grasa va a parar al cubrecadena antes incluso de que el kart toque el asfalto.
La tensión de la cadena también hay que comprobarla al final de cada turno. El kart 60 Mini no tiene una potencia elevada, por lo que es raro que el motor se desplace hacia el tren posterior modificando la tensión de la cadena. Yo, por ejemplo, no llevo montado nunca el tensor de cadena, un accesorio que en las categorías superiores, en cambio, es imprescindible. La comprobación hay que hacerla torciendo las ruedas del kart y observando si la cadena mantiene la misma oscilación, perpendicular respecto a su recorrido, en todas las posiciones. Una oscilación de unos 1,5 cm es la apropiada para no tener una tensión excesiva, que podría ser perjudicial para la corona y correría el riesgo de estropear el cigüeñal. Al contrario, una cadena poco tensa puede brincar y salirse de la corona, causando una parada forzosa del kart.