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TKART magazine Editorial | Iniciarse en el kart. Incluso a los 50 años se puede
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INICIARSE EN EL KART.
INCLUSO A LOS 50 AÑOS SE PUEDE

TKART Staff
17 Marzo 2019

Saverio Villa, periodista y director sabe que no está hecho para el kart: pesa 90 kg, mide 1,87 m y está siempre a tope de trabajo. Deportes practicados: ¡cero! Pero soñaba con correr en kart y un día, hace algunos años, decidió probar. Así es como le fue.

Estoy aquí en el lecho del dolor y me digo, una vez más, que dejarse llevar por juicios precipitados es siempre una tontería imperdonable. Hacía unos años, ya me había ‘quemado’ con motivo de un torpe intento (que luego abandoné) de acercarme al noble mundo del golf: “No hay que tener miedo, es cosa de viejos, no un deporte de verdad”, fui proclamando urbi et orbi.

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Resultado: durante los días posteriores a mi entrada en aquel maldito campo de prueba me sentí como si hubiera intentado parar un Hummer con la fuerza del pensamiento. Esta vez renuncié a hacer referencia a la tercera edad, ya que, por lo general, los que corren en kart son chicos que podrían ser mis biznietos. Pero luego me dije “¿y qué más da?” con cierta convicción cuando Vortex me ofreció la posibilidad de probar un equipo de los que participan en la monomarca Rok Cup. Después de todo, ya me había jugado muchas veces una pizza de jamón y champiñones con los compañeros del trabajo respecto a aquellos karts con motores de desbrozadora que te alquilaban por todas partes y creía que sabía lo que me iba a encontrar. Bueno, esta vez el Hummer que intenté bloquear tenía las gomas con clavos, pensad lo que me dolían cada una de las partes de mi cuerpo... Los casi 30 CV del monocilíndrico 125 by Vortex junto con los 90 kg de un bastidor completo os obligarán a tirar al WC vuestro concepto de inercia, junto con todo lo que resulta de ello. Alguien como yo, que solo ve los karts en fotografía, solo piensa en suspensiones... ¡y no tiene nada ver! Por tanto, no hay ni un milisegundo de margen para entender qué está pasando y qué es lo que hay que hacer: cuando piensas en girar, el kart ya lo está haciendo desde hace un rato. Por lo tanto, si no tienes las rodillas desesperadamente pegadas al depósito montado debajo del volante, sales volando del asiento en la primera curva. Y ya aquí aparecen los primeros hematomas, a los que después se añadirán los que te provoca el asiento estrecho y rígido que te hace sentir, exagerándolas, todas las tensiones que pueden proceder de una superficie asfaltada.

Periodista de gran experiencia, especializado en el sector de los coches y los motores. Ha sido vicedirector de Evo y director de la publicación mensual Cambio, de Panoramauto y del semanario Auto oggi. Ha colaborado o colabora con publicaciones como il Corriere della Sera, Gente Motori, AM, Autosprint

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Su físico es más de jugador de rugby que de conductor de karts e incluso su postura al conducir deja un poco que desear...
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... pero, en cuanto a empeño y entusiasmo, Saverio Villa nunca ha ido a la zaga

Entendámonos: su deber es precisamente ser fiel al informarnos de lo que ocurre debajo de las ruedas, pero la otra cara de la moneda la podéis comprobar después en la epidermis y las costillas. Prácticamente todos los músculos que tienes (incluidos los que nunca habrías sospechado que tenías) se contraen en un intento de quedarse aferrados en esos cuatro tubos soldados entre sí, pero, al mismo tiempo, tienes que conseguir ese poco de relajación que te permite seguir usando el volante, el freno y el acelerador con un poco de sentimiento. Igual que ocurre con todos los coches de carreras, cuanta más desenvoltura tienes al conducir, menor es el cansancio físico. Pero el kart, cuando se alcanza esta situación psicofísica ideal, el cansancio desciende de un nivel inhumano al sobrehumano, que siempre es una mejora, pero de ahí a decir que es un paseo ya me parece demasiado.
Poco después, digamos unas diez vueltas, mantener firme el casco cuando pasas por las banquetas será un problema, la concentración empezará a fallar y tus trayectos empezarán a alejarse de manera preocupante de aquellos que hasta el momento habías tratado de seguir con férrea perseverancia. La cita para mi prueba era en el circuito de San Pancrazio: 1.154 metros que los conductores de karts conocen bien (es el kartodromo de Parma, pocos meses antes de que se cerrara y fuera derribado. Nota de la Redacción).

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El relato se remonta a unos años atrás cuando todavía estaba en funcionamiento el circuito de San Pancrazio
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El relato se remonta a unos años atrás cuando todavía estaba en funcionamiento el circuito de San Pancrazio
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El relato se remonta a unos años atrás cuando todavía estaba en funcionamiento el circuito de San Pancrazio
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