La bomba del sistema diseñado por Emme Racing se fabrica a partir de bloques únicos de aluminio mecanizados en centros de control numérico. En su interior, hay dos agujeros situados en la parte superior. Uno, el situado en la cara posterior, corresponde a la entrada del aceite presente en el depósito, mientras que el situado aproximadamente en mitad del largo de la bomba es de seguridad y sirve para que el aceite vuelva a circular al soltar el pedal del freno y este último regrese, pues, a la posición neutra. El vástago está fabricado en Ergal, una aleación de aluminio cuya resistencia es similar a la del acero c40. Como hemos mencionado antes, sobre el vástago van montados la brida (mecanismo de bombeo), que empuja el aceite hacia el circuito, el muelle de retorno a la posición neutra y el sello del aceite. La brida de bombeo desempeña también la función de regular la carrera del vástago cuando vuelve de vacío: dependiendo de la altura a la que se halla situada sobre el vástago (para entendernos: más o menos distante de la tapa de la bomba), determinada por unos calces que se pueden introducir en puntos variables, es posible establecer una mayor o menor carrera de vacío para el pedal, con lo que el freno dispone de un umbral “de seguridad” en caso de que el piloto tenga la costumbre de apoyar el pie sobre el pedal incluso cuando no hace falta. La brida de bombeo, que es de goma, juega un papel fundamental para el funcionamiento correcto del sistema: cuando el freno es accionado, el sello tiende a expandirse por la presión que recibe del aceite; al soltar el pedal, el sello tiende a separarse del disco perforado [1] sobre el que descansa y permite que el aceite entre, traspasándolo, hacia el área de la bomba del freno conectada al depósito, la cual vuelve a llenarse. Para el cierre de la bomba hay un tapón, extraíble utilizando una llave específica, a través del cual el vástago puede deslizarse libremente con un vínculo de concentricidad y en cuyo interior hay una junta para la retención del polvo.