Probablemente, es el modelo más conocido y tal vez el de uso más extendido. Con dos ruedas de mayor tamaño (tanto macizas como inflables) en el primer eje y dos ruedas de goma orientables y de menor tamaño en el segundo, el carro de transporte para kart “tradicional” es posible encontrarlo de varias configuraciones, con 2 o 3 columnas de dirección, de varios colores de pintura en polvo, zincado o cromado y con un hueco para la caja de herramientas. Es un buen aliado para apoyar y transportar el kart al paddock y para el mantenimiento del vehículo tanto en el circuito como en casa, pero no permite levantar el kart del suelo de forma autónoma: hace falta la colaboración de un ayudante. Se monta de manera fácil y rápida, una vez guardado ocupa poco espacio y, gracias a su forma, es posible superponer varios carros para el viaje. Pesa verdaderamente poco.

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