Los productos a homologar
Todos los componentes principales del kart están sujetos a homologación técnica y se dividen en tres conjuntos principales:
A. chasis, frenos, carenados, parachoques (la estructura metálica tubular que une los carenados al chasis) y protectores traseros
B. motores, piezas de encendido, carburadores, filtros de admisión y escapes
C. neumáticos.
Los tres conjuntos siguen ciclos de tres años para la homologación de nuevos productos o la ampliación de los que ya están en el mercado: esto significa que cada tres años hay una sesión para la nueva homologación o la ampliación de las existentes. Los tres conjuntos de productos se alternan cíclicamente, de modo que, por ejemplo, 2022 es el año de la nueva homologación para el conjunto A (chasis, frenos, etc.), 2023 para el conjunto B (motores, encendidos, etc.) y 2024 para el conjunto C (neumáticos). En 2025 volverá a ser A, y así sucesivamente.
Los karts utilizados en las competiciones se dividen en grupos y categorías:
Grupo 1 - La KZ1 (o KZ), es decir, la categoría reina del karting inscrita en la FIA, en la que también se pueden utilizar chasis y sistemas de frenado experimentales, es decir, que no se adhieren a las homologaciones del Grupo 2. Sólo los fabricantes que tienen productos homologados en el Grupo 2 pueden participar -con chasis y sistemas de frenos no homologados- en KZ1.
Grupo 2 - Comprende las clases KZ2 (con cambio de marchas), además de OK y OKJ ( mono marcha), en las que sólo pueden competir los productos que se ajusten estrictamente a las fichas de homologación.
Grupo 3 - Es el de los karts MINI. No se permite la experimentación en esta clase y todos los productos utilizados deben corresponder a los certificados de homologación de los distintos fabricantes.
Grupo 4 - Estos son los Superkarts, que no consideramos en este artículo, sin embargo.
La ropa (el mono, los guantes, los zapatos, el casco y el protector de costillas) también están sujetos a la homologación CIK-FIA, al igual que los lubricantes. Cada homologación técnica impone determinados parámetros técnicos que deben respetarse (por ejemplo, en el caso de los chasis, el número y el diámetro de los tubos), así como comprobaciones específicas mediante ensayos (por ejemplo, pruebas de impacto de carenados y parachoques, pruebas fonométricas de silenciadores de admisión o pruebas de abrasión de trajes).