BIREL DRAG, UNO DE LOS KARTS DE ÉPOCA MÁS BUSCADOS POR LOS AFICIONADOS

Presentado en 1968, el Birel Drag se caracteriza por tener una estructura de planta triangular: dos tubos parten del eje trasero y convergen hacia el delantero hasta juntarse. Aquí, en el extremo del chasis, se halla el acoplamiento para la columna de dirección, que a su vez está formada por dos tubos que sujetan la rótula uniball. Un tubo adicional, también de menor diámetro, colocado sobre la uniball, sirve para fijar la tabla ovalada donde se exponía el número de competición, obligatoria en aquella época para que este fuera visible.

La medidas principales del bastidor son: 1010 mm de batalla, 800 mm de vía trasera y 740 mm de delantera.
Los dos largueros principales tienen un diámetro de 30 mm. A cada uno de ellos van fijados dos tubos más cortos que van a las Cs del chasis: uno también de 30 mm di diámetro, el otro con un diámetro inferior, cuya finalidad es aumentar la rigidez. Este diseño tan peculiar crea una especie de suspensión mecánica en el eje delantero y es lo que distingue el Birel Drag de los demás chasis de entonces, así como de los de hoy. En la parte trasera, el eje, de 25 mm de diámetro, no queda fijado mediante los bloques de rodamientos, como en los karts modernos, sino que se mete directamente dentro del chasis, donde gira sobre unos cojinetes. Siguiendo con la parte trasera, se nota la ausencia del parachoques: es el chasis mismo, que termina en una barra recta, el que cumple esa función. El sistema de escape, el elemento que más sobresale, está protegido por un tubo secundario soldado cuyo fin es precisamente evitar la rotura del mismo en caso de recibir un choque por detrás.