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DFM Racing es un fabricante activo en el mundo de las carreras desde 1990. Caracterizado por su producción artesanal, entre los 6 chasis homologados que ha presentado a lo largo de su historia destaca el Nascart S, que siempre ha sido el modelo estrella de la empresa, aprobado por primera vez en 2002 y vuelto a homologar en 2017. Al igual que otros modelos flagship de muchos otros fabricantes, el Nascart S está homologado sea para las categorías KZ que para la OK/OKJ, y en los últimos 2 años, ha cosechado además éxitos a nivel nacional, entre otros, el Campeonato Italiano por Equipos KZ3 en 2018 y la Copa de Italia KZ2 con el piloto oficial Antonio Piccioni. Respecto al modelo homologado inicialmente, del que se retoman algunas soluciones, la última versión del chasis se ha replanteado en casi todas sus partes principales. Se ha alargado, por ejemplo, la batalla, como también se ha aumentado la anchura de las vías delantera y trasera. Las estructuras del eje trasero en las que se alojan las bridas de rodamientos son completamente nuevas y están fabricadas con una aleación de magnesio. Los tubos, en cambio, siguen teniendo 32 mm de diámetro, una elección que garantiza una mayor resistencia a los esfuerzos mecánicos típicos de categorías exigentes, como la KZ. Entre las peculiaridades del chasis, destaca el tubo en el que va soldado el soporte del asiento, perpendicular a los largueros principales. En la parte delantera destacan los tubos que empiezan en las Cs y llegan casi a juntarse en la zona de la columna de dirección. Además de la geometría, Franco Stinchelli, gerente de DFM Racing precisamente desde 2017, ha pensado en poner al día el chasis por lo que respecta también a otros aspectos como los acoplamientos del asiento y, sobre todo, el montaje de la palanca de cambios, ahora más tradicional respecto al articulado y cómodo sistema utilizado anteriormente. Esta modificación se ha hecho necesaria también porque se ha pasado a utilizar el depósito fabricado por KG, en lugar del modelo Freeline de Birel ART. Por el contrario, sí que se sigue utilizando lo que es ya una seña de identidad de la casa DFM Racing, esto es, la soldadura manual TIG, con tubos de cromo molibdeno de elevada calidad.
Por lo que se refiere al sistema de frenado, DFM Racing ha optado por los modelos R4KZ, para la versión de marchas, y R4K, para el chasis de karts automáticos, ambos fabricados por Intrepid. Esta decisión se ha visto influenciada por la exigencia de reducir todo lo posible el peso del chasis, de manera este no fuera un problema a la hora de ajustarse a los límites mínimos requeridos para el conjunto, tales como el peso del piloto. Más concretamente, el sistema de frenado dedicado a la KZ se caracteriza por sus pinzas de aluminio hechas de una sola pieza, con dos pistones tanto en la zona delantera, donde miden 28 mm, como en la trasera, donde son de 30 mm. Los pistones están perforados para mejorar su ventilación y mantener a raya también la temperatura del aceite. Los discos para la zona delantera están disponibles en 2 tamaños: con un diámetro de 149 mm y un grosor de 11 mm, o bien de 155 mm x 12 mm. Existe también una doble elección en cuanto al disco trasero, siempre con el mismo diámetro, de 195 mm, pero con dos grosores diferentes, de 16 o de 17 mm. Por lo que se refiere a las pastillas, de material sinterizado, se puede escoger entre una mezcla blanda y una más dura. La bomba de freno, con depósito de recuperación del aceite, está equipada con un pistón de 19 mm. En la versión KZ, no falta tampoco el repartidor de frenada.