La respuesta la dan las leyes de la dinámica de fluidos, capaz de codificar científicamente lo que se ha ido observando a lo largo del tiempo, en el sentido de que en determinadas circunstancias la fricción disminuye cuando un líquido entra en contacto con una superficie ligeramente rugosa en lugar de con otra completamente lisa.
Alguien en el campo del automovilismo podría argumentar, sin embargo, que los coches de Fórmula 1 tienen superficies muy lisas y pulidas (por razones de estética y sus patrocinadores,...), pero, como veremos, la situación es muy diferente en los tubos de los motores de carreras 2T.
Independientemente de los ejemplos o situaciones, al final, todos estos debates están ligados a un solo fenómeno: la "capa límite".