Los primeros aspectos fundamentales de una pinza de freno, como la forma y los materiales de las pastillas, dependen... delos discos. Es imprescindible, por lo tanto, que hagamos una breve mención a este elemento del sistema, dejando sin embargo, para un próximo artículo, un análisis más en profundidad. Principalmente, los discos de freno pueden ser de hierro fundido o acero inox martensítico serie “AISI 400” (AISI 410, AISI 420…), que tolera bien el enriquecimiento con carbono y el tratamiento térmico, es decir, es fácil de templar para que alcance una dureza elevada (más de 50 HRC). Normalmente, el hierro fundido se conjuga bien con pastillas de material orgánico (las llamadas de “ferodo”, de color negro, para entendernos); el acero, con pastillas de material sinterizado (con mezcla de cobre, hierro, etc., cuyas “recetas” son guardadas celosamente por los “sinterizadores”). Otras diferencias entre los dos materiales son el peso específico (7,3 kg/dm3 para el hierro fundido, casi 8 kg/dm3 para el acero); y el hecho de que el acero, al contrario que el hierro fundido, no se oxida, excepto por una posible capa que se “autoelimina”. Otros materiales pueden ser la cerámica y la fibra de carbono, pero su utilización es más compleja (estando prohibida en algunos casos).