El piñón es la “rueda motora” que recibe el movimiento directamente del motor (o de la cascada de engranajes de la caja de cambios), mientras que la corona es la “rueda impulsada”. Entre estas dos piezas se interpone la cadena, cuya función es la de transmitir el movimiento del piñón a la corona. El número de dientes del piñón y de la corona determina la relación de transmisión, cuya elección es fundamental para poder adaptar la distribución del par motor a las características del circuito a lo largo de la carrera. Carece de diferencial (el órgano que permite hacer que las ruedas de un mismo tren, delantero o trasero, giren con velocidades diferentes), puesto que, al estar ensambladas sobre el mismo eje, la conexión entre las ruedas es rígida. Del mismo modo, carece de tensor de cadena, el dispositivo con el que mantener una tensión constante en la cadena para evitar que esta se salga de los dientes de la corona y del piñón sobre los que está instalada debido a las oscilaciones excesivas. Por este motivo, el mantenimiento, que incluye también el chequeo periódico de la alineación y de la tensión, es fundamental para evitar daños en la pista..