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Calogero Vanaria. Para todos fue Kalì, el “papá” del karting
TKART Staff
05 Abril 2018
Calogero Vanaria falleció en octubre de 2015, con 83 años de edad. Pero la herencia que dejó en el mundo del kart es enorme. Considerado, justamente, uno de los “padres” del karting moderno, transcurrió su vida a trabajando y experimentando para correr y ganar en todo el mundo. La suya es una historia que todo kartista tiene conocer
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Hay un tubo de escape, con la distribución del par variable, que desde octubre de 2015 permaneció allí, inutilizado y cubierto por una fina capa de polvo. No es que antes se hubiera tocado y utilizado habitualmente, pero desde aquel otoño de hace más de dos años, cuando Calogero Vanaria se marchó, ya nada es igual.
Demos un paso atrás, a cuando el “fly by wire” estaba aún por llegar. Se trata, tranduciéndolo para quien no lo sepa, de un comando que viaja sin hilos o cables. Pues bien, ese tubo de escape el cable lo tenía, e iba conectado a la columna de dirección de un kart. El hilo de acero terminaba en una manivela por medio de la cual el piloto podía activar un mecanismo interno del tubo de escape que servía, de hecho, para modificar la distribución del par motor. En suma: si en la salida de curva hacía falta más “empuje” con pocas revoluciones, con este sistema se le conseguía dar al piloto lo que quería. No sirvió para nada por una larga serie de motivos, pero aquel tubo de escape es uno de los miles de elementos que pueden servir para explicar mejor la figura de un hombre que dejó una huella imborrable en el karting mundial.
Esa persona se llamaba Calogero Vanaria y se fue el primer sábado de octubre de 2015, en la fase terminal de una enfermedad de carácter cerebral. Una de las que no dan su brazo a torcer y que, en un físico ya afectado por otras patologías, se ensaña con violencia.
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“Las ganas de experimentar y de progresar le hacían ir siempre por delante. A veces se equivocaba, pero se daba cuenta y volvía sobre sus pasos”
Piermario Cantoni – Campeones del Mundo 1985
Queda la gran historia de una empresa llamada Kalì Kart, que nació y se desarrolló en Lonato, en la provincia de Brescia, en un municipio que, hoy, ha unido a su nombre “del Garda” para hacer hincapié en su localización en el territorio. Cerca de Lonato, pues, no sólo se halla el lago más grande de Italia, sino que también ha tenido lugar la aventura de una marca que industrializó –de hecho– un sector hasta ese momento anclado y totalmente artesanal. Calogero Vanaria no había estudiado y había dejado muy joven Sant’Agata di Militello, en la provincia de Messina, donde nació el 9 de julio de 1932. Había llegado a Lonato para trabajar de mecánico y, cuando se presentó buscando trabajo ante el gerente de un taller de coches, le respondieron que el puesto era suyo, porque, si había hecho tanto camino, significaba que le sobraban las ganas de ponerse a trabajar. En efecto, llevaba los motores y los coches en la sangre.
Su primer compromiso profesional, desde un punto de vista empresarial, fue de hecho un taller en el que se reparaban coches. Luego pasó también a la venta. Eran años de crecimiento y de boom económico, en los que los directores de banco no se asustaban ante los montones de letras de cambio sin pagar. Calogero hablaba de ello con una mezcla de sorpresa y satisfacción, a veces sin creerse todavía que él hubiese llegado crear, con la fuerza de la juventud y con las ganas de ponerse manos a la obra, lo que había creado.
También en los últimos años, Calogero Vanaria no dejó de estar presente en ferias y eventos ligados con el mundo del karting y, en particular, con los kart históricosLee mas
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