Un nombre y un apellido que parecen estar hechos para lo más alto de la clasificación de un GP de F1. Tez oscura, de uno que está siempre moreno, y ojos azules perfectos para las fans y los selfis en las redes sociales de hoy. Además de una condenada velocidad cuando está al volante, toda fruto de ese pie derecho capaz, con el kart, de ponerse detrás de Lewis Hamilton, coetáneo y paisano suyo que está estableciendo nuevos récords de F1 en la actualidad, quitándole todas las plusmarcas a un tal Michael Schumacher. Este, de manera muy sucinta, es Colin Brown, inglés de la quinta de 1982. Alguien que, hoy día, un volante para correr, ni siquiera lo busca. Alguien que las carreras, básicamente, ya se las dejó atrás. Pero alguien que en el año 2000 después de Cristo, consiguió algo sensacional, en kart.
Braga, Protugal, 10 de septiembre de 2000: Colin Brown, piloto del equipo de un particular, el Team Rambo, de Fabio Belletti, con material de Top Kart y un motor Parilla, preparados por Nodikas, de Gianni Piazza, gana el mundial de la categoría 100 Fórmula A. Y si el hecho de que el equipo de un particular gane por delante de los oficiales no es lo bastante sensacional, no hay más que leer la clasificación de la parrilla de pilotos para darse cuenta de que aquella victoria tendrá para siempre un valor especial.