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Con "hierro viejo" de hace casi medio siglo, restaurarlo como nuevo. Limpiar, estudiar, pulir, buscar a fondo buscando piezas de repuesto, fabricar las que no se encuentran... Todo para dar vida a un sueño
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Antes de empezar la historia, hay un par de cosas que aclarar. En primer lugar: no te conviertes de repente en restaurador de karts. Necesitas conocimientos, habilidad y una pasión enorme. Segundo: se necesita paciencia por encima de todo. Porque restaurar karts no es una profesión a la que se puede llegar, sino que se hace en el tiempo libre, quitándote horas de sueño. Y si se desea una reconstrucción fiel con gran detalle, habrá que dedicar mucho tiempo a la búsqueda de piezas de repuesto o, alternativamente, fabricando copias exactas. Ah, y no hay que pensar que se va a ganar dinero con ello: con la compra de materiales, gastos de envío, mecanizado... el coste resulta casi como comprar un kart nuevo. Si todo esto no nos asusta, pues hay que verlo como un reto, así que... ¡adelante! Nuestro punto de partida tiene nombre y apellido: Michele Nodari, nacido en 1982, un pasado de piloto de kart, y un presente como... historiador. Su pasión empezó casi por casualidad. Compró Kali Kart antiguo sin saber nada del mismo, y descubrió lo hermoso que es juntar las piezas para tener un vehículo del pasado, paso a paso. Ha restaurado muchos karts perfectamente en su garaje, pero cuando un amigo le dijo que un caballero de Vercelli quería deshacerse de un kart que había en el patio de su casa desde hacía años, él mismo no pudo dejar de acercarse a verlo. En realidad era un chasis Vercelli, pero estaba oxidado en un cobertizo de una vieja granja
El protagonista de la restauración del Tecno 1967, Michele Nodari, un joven nacido en 1982, en Chiari (Brescia - Italia), con un pasado de piloto de karts y un trabajo "normal" de comerciante, que llevaba a cabo con su padre.Lee mas
Así estaba el Tecnokart Jolly cuando lo compró: desde luego, no estaba en buen estado...Lee mas
"¡PUEDO VIVIR SIN VACACIONES O SIN SALIR UNAS CUANTAS NOCHES CON AMIGOS, PERO NO PUEDO VIVIR SIN LOS KARTS!".
Michele Nodari: el "restaurador" de karts
Estaba en un estado terrible, pero la intuición le dijo que valía la pena y la operación se concluyó rápidamente por 300 Euros. Una vez en casa, no fue una sorpresa: el chasis resultó ser un "Jolly" de Tecnokart, fechado en 1967. Esa empresa no tiene nada que ver con la actual Tecno de Turín, dirigida por Graziano Cerino, pero era una realidad histórica, fundada por los hermanos boloñeses Pederzani, muy activos en la década de 1960, y que perduraron hasta 1973. Tras el chasis, el siguiente paso fue combinarlo con un motor: con la historia del karting en la mano, había que elegir entre un GP15 Parilla y un BM 100 K96. Dos piezas difíciles, que costaron mucha búsqueda hasta conseguir la mejor oferta: en Fermo, en la región de Marche, había un viejo BM sin carburador, bobina, encendido ni placa. No fue posible encontrar nada mejor y, por 300 euros, gastos de envío incluidos, se combinaron Tecnokart con BM. Habiendo encontrado los principales protagonistas, o sea, el chasis y el motor, hubo que seguir trabajando en dos direcciones.
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