Una cadena usada podría dar la sensación de estar más suelta porque hay más holgura y las juntas tóricas ya no aguantan o aguantan menos. Sin embargo, las condiciones de la cadena se degradan progresivamente con el uso y, especialmente cuando no se lleva a cabo un engrasado periódico apropiado, el aumento de fricción debido al rozamiento entre las superficies en contacto genera más calor y disipación de potencia, en porcentajes que pueden llegar a ser hasta un 10-15 % más, respecto a una cadena nueva.