Sería una exageración decir que los bujes de aluminio son siempre preferibles a los de magnesio para los karts de marchas. A mí también me gustan mucho los bujes de magnesio, porque ofrecen muy buen agarre a la entrada de las curvas, pero al mismo tiempo mucha suavidad a la salida. Los de aluminio, en cambio, generan más agarre en general. Aunque los karts con cambio de marchas no trazan las curvas con tanta suavidad como los mono marcha, porque explotan la potencia de la caja de cambios para aprovechar trayectorias más angulosas y «hacer menos camino», incluso éstos pueden beneficiarse de los efectos de los bujes de magnesio, especialmente cuando es necesario «liberar» el chasis. Aunque las diferencias entre los dos estilos de conducción a menudo pueden dar lugar a configuraciones diferentes, el factor discriminante en la elección de los bujes son las condiciones de la pista más que el tipo de vehículo. Al principio de un fin de semana de carreras, por ejemplo el jueves por la mañana cuando empiezan los primeros entrenamientos libres de una competición internacional, no hay tanto agarre en la pista y por eso en IPK siempre empezamos con bujes de aluminio. Luego, normalmente, cuando el asfalto se vuelve más gomoso, empezamos a utilizar bujes de magnesio y solemos montarlos para la clasificación, cuando necesitamos liberar el chasis para que no se quede demasiado «pegado» con los neumáticos nuevos. Por último, cuando corremos cuatro o cinco series, es habitual volver a montar bujes de aluminio para conseguir un poco más de agarre con los neumáticos usados. Más allá de las diferencias entre los vehículos, este es un principio que se aplica tanto a los karts Shifter como a los Direct-Drive.
Sería una exageración decir que los bujes de aluminio son siempre preferibles a los de magnesio para los karts de marchas. A mí también me gustan mucho los bujes de magnesio, porque ofrecen muy buen agarre a la entrada de las curvas, pero al mismo tiempo mucha suavidad a la salida. Los de aluminio, en cambio, generan más agarre en general. Aunque los karts con cambio de marchas no trazan las curvas con tanta suavidad como los mono marcha, porque explotan la potencia de la caja de cambios para aprovechar trayectorias más angulosas y «hacer menos camino», incluso éstos pueden beneficiarse de los efectos de los bujes de magnesio, especialmente cuando es necesario «liberar» el chasis. Aunque las diferencias entre los dos estilos de conducción a menudo pueden dar lugar a configuraciones diferentes, el factor discriminante en la elección de los bujes son las condiciones de la pista más que el tipo de vehículo. Al principio de un fin de semana de carreras, por ejemplo el jueves por la mañana cuando empiezan los primeros entrenamientos libres de una competición internacional, no hay tanto agarre en la pista y por eso en IPK siempre empezamos con bujes de aluminio. Luego, normalmente, cuando el asfalto se vuelve más gomoso, empezamos a utilizar bujes de magnesio y solemos montarlos para la clasificación, cuando necesitamos liberar el chasis para que no se quede demasiado «pegado» con los neumáticos nuevos. Por último, cuando corremos cuatro o cinco series, es habitual volver a montar bujes de aluminio para conseguir un poco más de agarre con los neumáticos usados. Más allá de las diferencias entre los vehículos, este es un principio que se aplica tanto a los karts Shifter como a los Direct-Drive.
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