Poner el pequeño tapón de plástico en las válvulas que permiten inflar las ruedas es muy importante. No es algo que sirva para ir más rápido, pero garantiza una mayor seguridad. La verdadera ventaja se obtiene cuando se sale a la pista con presiones muy bajas, del orden de 0,45 bar. En estas condiciones, la deformación de la carcasa es muy elevada: por ejemplo, sobre un bordillo ondulado, el neumático se ve sometido a esfuerzos continuos que generan desequilibrios de presión en su interior: compresión y descompresión. En esta coyuntura, la válvula tiende a ser absorbida por la descompresión y, por consiguiente, el neumático expulsa aire hacia fuera, haciendo que la presión en su interior disminuya, con consecuencias obvias. Y es justamente para evitar estas consecuencias, que es mejor poner el tapón cubreválvula. Claramente, es mejor ponerlo siempre, puesto que cabe la posibilidad de que algunas válvulas, incluso nuevas, sean levemente defectuosas y, por tanto, el neumático se afloje perdiendo presión lentamente.