Lo hemos vuelto a hacer. Sí. Una vez más nos colamos en una sesión de pruebas de pilotos de F1. De hecho, de un piloto de F1 y sus dos amigos, también pilotos. Todo, por supuesto, en karts. Pero esta vez fue diferente. Porque lo que parecía un día normal en la pista de tres profesionales de la conducción se convirtió en un desafío sin cuartel al son de vueltas rápidas. Como cuando uno va a los karts de alquiler con los amigos y compra sesiones de conducción una y otra vez porque nadie quiere dársela ganada a los demás a la caza de la mejor vuelta? Ese fue más o menos el escenario que se desarrolló ante nuestros ojos. Con una pequeña diferencia: que los tres no eran amigos corrientes. Los tres eran Carlos Sainz Jr, Roberto Merhi y Felix Porteiro.
Procedamos por orden: jueves 12 de enero, 8.50 h. Es una mañana de pleno invierno como tantas otras en el circuito de karting de Franciacorta (Castrezzato, Brescia, norte de Italia): el sol intenta abrirse paso tímidamente entre las nubes, el asfalto aún está húmedo por la lluvia caída durante la noche y unos cuantos valientes, a pesar de las temperaturas que tientan a quedarse en casa bajo las mantas, ultiman sus preparativos antes de salir a pista para unas cuantas sesiones de vueltas libres. En ese paddock semi desierto, sin embargo, hay algo inusual, que no te esperas: uno de los camiones del Tony Kart Racing Team está situado justo al lado del parc fermé. En él se encuentran tres Tony Kart Racer 401 RR en versión Shifter personalizados con los números 1, 2 y 3. Enseguida queda claro que no son tres cualquiera y las pegatinas con los nombres de los pilotos en los carenados lo confirman: "Porteiro F.", "Merhi R." y... "Sainz C.".