Empecemos por la "base", es decir, la elección del chasis por parte de los dos pilotos. Una decisión generada a partir de varios elementos: Las condiciones de la pista, el clima (que varió a lo largo del fin de semana con condiciones mixtas entre seco y mojado, aunque la final se desarrolló en condiciones favorables con altas temperaturas y un asfalto seco), las sensaciones del piloto... En cualquier caso, sea cual sea el motivo que llevó a Gustavsson e Iglesias a tomar su decisión, sabemos a ciencia cierta que muchas de las diferencias -en cuanto a puesta a punto y componentes utilizados- que marcaron ambos pilotos dependen del chasis, y las analizaremos en este artículo.
Viktor Gustavsson, el piloto sueco que llegó primero a la meta, para la final, entre los bastidores que el equipo CRG había preparado para la carrera (KT2 y Road Rebel) optó por el KT2 caracterizado por tubos de acero al cromo-molibdeno de 30 mm de diámetro. Es interesante observar que el piloto sueco ha elegido una estructura que tiende a ser "blanda" y, por lo tanto, se utiliza más en las categorías mono marcha. Por tanto, frente a la lógica clásica que lleva a elegir chasis más rígidos porque son más adecuados para las categorías Shifter (como KZ), Gustavsson ha demostrado sin embargo que se encuentra absolutamente a gusto entre las curvas del circuito francés precisamente al volante de un chasis estructuralmente menos rígido. Jeremy Iglesias, el otro piloto del equipo CRG y tercero en la bandera a cuadros, por su parte, seleccionó (para condiciones de seco) la estructura más clásica (e históricamente ganadora) del Road Rebel (que TKART analizó en un
“A exam” dedicado), fabricada con tubos de acero al cromo-molibdeno de 32 mm de diámetro, que son más duros que los de la KT2 y, por lo tanto, idealmente más adecuados para garantizar el grip necesario a la hora de enfrentarse a los potentes motores shifter de la KZ.