La categoría KZ, es decir, la que utiliza motores de marchas de 125, está ya considerada como la encarnación misma del karting. Quizás no sea la más auténtica, teniendo en cuenta que el kart apareció con transmisión directa y no son pocos los que piensan que ésa es su verdadera esencia, pero seguramente está en lo más alto en lo que a prestaciones y conducción completa se refiere. No es casualidad si los pilotos profesionales de las casas más grandes corren en los eventos internacionales más importantes con los karts KZ, mientras que quien tiene “prisa” por pasar a los monoplaza a menudo acaba descuidando esta categoría, que en realidad es en gran medida propedéutica.
Entre los aficionados, el de marchas no es el tipo de motor más difundido, pero está claro que esta tendencia está creciendo, gracias también a categorías como la ROK Shifter o la X30 Shifter y Super Shifter, que han hecho más accesible este tipo de vehículo a un mayor número de personas. Pero conducir un kart de marchas no es como conducir un kart automático: de la preparación física, a los conocimientos de mecánica, de las trayectorias en la pista, al presupuesto, son muchas las peculiaridades que hace falta conocer para optimizar... la diversión.