La mayoría de los karts son propulsados por motores de dos tiempos, que funcionan con la gasolina de los surtidores presentes en las carreteras, aunque la llevan en la “mezcla”, es decir, como su nombre indica, el combustible mixto de aceite y gasolina. El motivo es fácil de explicar: los motores de dos tiempos carecen de un circuito de lubrificación. El aceite se inyecta directamente en la cámara de combustión, de manera que, antes de ser quemado, lubrifique todas las piezas en movimiento. Así pues, la aportación del aceite es fundamental para el kart y, en consecuencia, es fundamental tener un mínimo de conocimientos sobre el producto: información básica y algunos consejos prácticos que a todas luces pueden facilitarle a los kartistas la elección del mejor aceite para el propio motor y ayudarles a usarlo correctamente.