Los detalles marcan la diferencia. Será una frase un poco manida, incluso; pero, en el karting, es más cierta que nunca. Porque el vehículo se reduce a lo esencial y no hay nada que no sea estrictamente necesario; porque el rendimiento es muy ajustado y no hay margen para los errores; porque un inconveniente aparentemente insignificante puede perjudicar un fin de semana entero. Así pues, a lo mejor durante una competición en la que todo parece ir como la seda, puede ocurrir que un incidente inesperado haga que la situación se precipite y que todo esfuerzo sea en vano. “Mala suerte” suele decirse, en general. Pero es verdad sólo a medias, porque con poner un poquito más de atención y algún que otro pequeño truco, se pueden evitar varios inconvenientes “desafortunados”, aprendiendo que, a veces, más que la preparación del motor, son la cinta adhesiva o una simple abrazadera, lo que marca la diferencia.