SOL Y LLUVIA.

COMO CAMBIA

LA CONFIGURACIÓN DEL KART

Fundamentalmente el objetivo principal de todas las modificaciones que se hacen cuando la pista está mojada es encontrar el mayor grip posible. Todo lo demas llega después, o llega como consecuencia. Una diferencia que se puede indicar entre KZ y OK: con el kart de marchas se busca un mayor grip en tracción, para aprovechar toda la potencia del motor. Así que, se trabaja sobretodo en la parte trasera. Con el OK, en vez, el discurso de la adherencia es más generalizado y la busqueda del grip está dividida en un 50% entre delantero y trasero.
Hay que decir, de todos modos, que hay pilotos que, si tienen un chasis bien equilibrado en seco, prefieren no tocar nada y mantenerlo idéntico aunque si llueve.

El cámber es el angulo que regula las incidencias de la banda de rodadura en el asfalto. Con la pista seca se tiende a reducirlo, llegando hasta unos valores negativos muy elevados en caso de grip extremo, adheriendo al asfalto solo una parte de la banda de rodadura y "liberando" el chasis. Con la pista mojada se actúa de manera opuesta, llevando el ángulo del cámber en valores reales cercanos a 0 o positivos. Para valores "reales", se comprenden calculados con el piloto sentado en el kart. Su peso, de hecho, modifica 1 ó 2 grados los ángulos iniciales configurados en el kart por sí solo. Para tener un cámber real a 0, así que, se sale con un cámber "cerrado de abajo" por 4 o 5 mm.
Para el Cáster (es decir, el ángulo que regula la inclinación y las alturas de las ruedas delanteras en una curva), con una pista mojada hay que aumentar los grados, para incrementar la carga en las ruedas delanteras y mejorar la inserción en la curva. La diferencia entre una pista seca y una mojada es de uno o dos grados. Mucho, sin embargo, depende, de la pista: en muchos circuitos el espacio de tiempo por vuelta entre seco y mojado está cerca a los 10 segundos. En ese caso el cáster puede ser aumentado un poco menos.