El carburador de aguja/cuba es especialmente sensible ante las distintas modificaciones y, teniendo en cuenta las posibilidades de ajuste que ofrece, requiere preparación y competencia a la hora de ajustarlo. Así pues, para empezar, lo primero que hay que hacer cuando se compra un carburador de cuba/aguja de segunda mano es comprobar que todos los elementos que lo componen estén incluidos en una tabla de ajustes estándar. En efecto, existen configuraciones estándar que el fabricante comunica directamente y que ofrecen una buena base sobre la que efectuar la puesta a punto. Estas “configuraciones de fábrica” constituyen precisamente una especie de ancla de salavación cuando compramos un producto usado: se empieza por ahí, teniendo la certeza de efectuar unos ajustes fiables, y luego se van afinando. Por este motivo, hay que desmontar el carburador y comprobar todas las piezas amovibles (que se pueden cambiar/sustituir), entre otras: el tubo de emulsión, la aguja cónica, el surtidor de alta y el de baja, el emulsionador del circuito de ralentí, el flotador y la válvula de entrada de la gasolina. Tras haber comprobado las piezas que se hallan en el interior del carburador usado, es aconsejable sustituir siempre la entrada de gasolina y su aguja. Efectivamente, estas dos piezas son una garantía para que no haya pérdidas de carburante y el nivel de este dentro de la cuba sea constante, unas condiciones fundamentales para un funcionamiento correcto y seguro del carburador.
Gracias a su versatilidad, el carburador VHSH 30 puede ser utilizado combinado con varios motores. Por este motivo, precisamente, –y por la cantidad de ajustes disponibles– podría ocurrir que, tras restablecer el ajsute estándar de fábrica, tu carburador VHSH 30 no quede configurado de forma adecuada para el motor al que acompaña. De hecho, los fabricantes de motores compran carburadores estándar con la configuración estándar efectuada por Dell'Orto, pero antes de venderlos combinados con sus motores los ajustan en función de los puntos fuertes y las prestaciones de estos. Por ello, convendría preguntarle siempre al fabricante del motor si los ajustes estándar pueden valer o no. Ante la duda, o en el caso de que no se consiga econtrar dichos datos, a la hora de utilizarlo por primera vez, es aconsejable ir con cautela, trabajando con mezclas más enriquecidas y utilizando surtidores de alta y de baja mayores que los indicados en la tabla de ajustes estándar, además de levantar la aguja cónica una marca más. De esta forma, se evitan los problemas de gripaje.