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Lo que ha ocurrido ese día lo explica y resume muy bien la captura de imagen que ha dado la vuelta al mundo, pocas horas después de la final de la categoría OK del Campeonato Europeo FIA de Karting. Artem Severiukhin gana, se sube al podio y durante el himno italiano se golpea el pecho dos veces con el puño derecho y extiende el brazo. Cosa de un segundo, dos como mucho. Nosotros, que estábamos allí, ni nos dimos cuenta. O mejor dicho: notamos el gesto rápido, pero no lo interpretamos como un saludo nazifascista, sino como una especie de dedicatoria “desde el corazón”(como hemos dicho, Artem se golpea el pecho dos veces con el puño) a un grupo de personas que tiene en frente (porque además, pues eso, extiende el brazo por un instante como si las señalara).
Así es, ya que enfrente de él, a espaldas y un poco más a la izquierda de quien escribe, hay un grupo de rusos, connacionales suyos, que lo incitan, ríen, alborotan y gesticulan imitando el gesto. Nadie le da demasiada importancia, porque estamos todos mirando el podio, pero en cualquier caso está claro que detrás de nosotros hay entusiasmo y agitación (quizás debidos a algunas cervezas de más...) y que estas personas captan la atención de Severiukhin, tanto que al final hace el ya resabido gesto (¿acaso inconsciente del valor que tiene y solo porque quienes tiene delante lo incitan?) y se echa a reír dirigiéndose precisamente a ellas.
Ya está, eso es lo que ha pasado. El himno nacional italiano termina (Severiukhin, ruso, no puede correr con la bandera rusa debido a las restricciones impuestas por la guerra entre Rusia y Ucraina, por lo que ha decidido correr con licencia italiana, una operación totalmente regular), celebraciones, entrevistas y nada más.
He aquí algunos de los comentarios que han aparecido bajo nuestras publicaciones en las redes sociales y los vídeos de YouTube relativos a Artem Severiukhin.