Búsquedas frecuentes
“Desde pequeño, me he sentido siempre atraído por la velocidad –cuenta–. Incluso en bici me pasaba el día derrapando, desgastando las cubiertas: era la forma que tenía de desahogarme. Luego descubrí el kart. En realidad, lo que solía pasar es que, en lugar de ir a la escuela, me iba a probar los karts de alquiler. Así que, cuando mi padre me llevó a Albenga, donde se corría en un circuito de ciudad, yo le insistí para que me dejara dar una vuelta. Él naturalmente no quería, pensando que no iba ser capaz; pero cuando cedió y me dejó intentarlo, se quedó sorprendido. El ganador de la carrera también me vio, se quedó impresionado y quiso que probara su kart de carreras: lo hice bien también con ese otro y mi padre se decidió a comprarme un kart”. La intuición que habían tenido se vio refrendada enseguida: “La primera carrera, ganada. Al igual que la segunda. Yo no es que fuera un lince en la escuela, no me gustaba estudiar, y tenía algunos roces con mi padre por ello. Sin embargo, en el kart encontré algo que me salía bien, algo con lo que podía hacerme valer. Me cambió la vida. Los primeros años corría con mi hermano, aunque él tenia diez años más que yo. Usábamos el mismo kart: yo llevaba montado un asiento de 25 kilos, así que luego, cuando acababa la carrera, él lo desmontaba, colocaba el suyo y corría. Solo una vez, en un circuito de ciudad de Sondrio, nos inscribimos los dos en ambas categorías. ¿El resultado? Él ganó en la mía y yo gané en la suya. Aquella fue la primera vez que tuve que vérmelas con los Oscar Sala de vario tipo y todos los grandes del kart”. Aunque algunos de sus recuerdos más intensos están ligados a sus experiencias en las competiciones de resistencia: “¡Qué palizas! Me acuerdo de una 24 horas en Brignoles que se corría con los motores de 100 cc. Nosotros éramos tres pilotos, hacíamos turnos de 40 minutos cada uno. Aunque en la práctica corrimos sólo mi hermano y yo, porque el tercero era el mecánico y hasta se hizo daño en un momento dado.
Piloto de la quinta de 1945. Empezó a correr en kart en 1963: 7 victorias el primer año, 11 el segundo. En 1966 entró en el equipo nacional Squadra Azzurra y debutó en el karting internacional, en el que se hizo con un título europeo.