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Según las cada vez más nauseabundas conversaciones en las redes sociales -donde abundan los comentarios de señores «sabelotodo»-, los pilotos que llegan a la F1 hoy en día carecen todos de talento y lo único que tienen a su favor es que disponen de una enorme cantidad de dinero para comprarse un puesto en la máxima categoría del automovilismo. Los únicos merecedores de llegar a la F1 probablemente tendrían que ser ellos, los señores «sabelotodo», sólo que «no tenía suficiente presupuesto». Lástima que olvidemos que la F1 cada año 'trunca' a pilotos con cualquier tipo de experiencia (véase Daniel Ricciardo), con cualquier tipo de respaldo económico (véase Logan Sargeant) o con cualquier tipo de apellido altisonante (véase Mick Schumacher). Llegar y mantenerse, entonces, es cosa de unos pocos, de gente con los atributos adecuados. Agosto de 2024 celebró precisamente la llegada de dos recién llegados a la F1. El 23 de agosto, de hecho, el equipo BWT Alpine F1 anunció que Jack Doohan, hijo del legendario piloto australiano de MotoGP Mick, se había unido a la alineación de pilotos para la temporada 2025. Sólo unos días después, el 27 de agosto, el argentino Franco Colapinto fue convocado para sustituir a Logan Sargeant al volante del Williams Racing, a partir del Gran Premio de Monza de 2024. Qué tienen de especial estos dos antiguos kartistas para merecer estar en la F1, nos lo explica Mario Pazos, ahora fichado por TKART, pero toda una vida dedicado profesionalmente al mundo del karting de alto nivel. «Durante mis más de 30 años de carrera en el karting, he conocido a muchos padres con la clásica actitud de “Mi hijo es el próximo Ayrton Senna”. Luego aparecieron los que era '”Igual que Schumacher” y finalmente “Mejor que Max”. Nunca entendí esta confianza: por qué se referían a Verstappen solo como Max, mientras que para los demás usaban el apellido... ¿Quizá eran amigos o parientes? Quién sabe.