MAX VERSTAPPEN

CUANDO ERA LA ESTRELLA DEL KARTING

TKART Staff

06 Noviembre 2018

Corría el año 2010 y, en la clase junior de KF3, debutaba Max Verstappen. El primer año ganó el WSK World Series, el Euro Series y la Nations Cup. Llegó segundo en la Copa del Mundo de CIK-FIA (aunque se sacaría sobradamente esa espinita en los años siguientes) pero, sobre todo, sorprendió a todos por la pureza de su talento.

Estrellas hay muchas, millones de millones, y no hace falta Stephen Hawking para saber que, entre todas, de vez en cuando destaca alguna que parece brillar con más luz. En el automovilismo pasa lo mismo: cada año se ven muchos jóvenes y prometedores pilotos batallando con el kart. Entre estos, a veces puede ocurrir que alguno se distinga respecto a los demás.

La temporada de karting de 2010 fue uno de esos años, porque fue entonces que el talento de Max Verstapen se dio a conocer ante el mundo. Parece fácil decirlo hoy, dado que el holandés es reconocido por unanimidad como el piloto más espectacular y prometedor de la actual Fórmula 1, pero hace 8 años era un simple muchachito, con un apellido un poco farrogoso, que se presentaba en el banco de pruebas de KF3, la primera de las categorías internacionales para los kartistas que quieren labrarse un futuro. Aquel muchachito, al cabo de pocos meses haciendo carreras, se apuntó una serie de éxitos en el WSK World Series (con 6 podios en 6 carreras, menos 1 que le quitaron los jueces al término de una), el WSK Euro Series (que acabó con 77 puntos de ventaja respecto al segundo clasificado), y la WSK Nations Cup (con casi 4 segundos de ventaja respecto al segundo en la meta, tanto en la prefinal como en la final). Un poco peor le fue en las carreras del CIK-FIA, en las que, sin embargo, ese “poco peor” supuso, de todas formas, un segundo puesto en la Copa del Mundo, justo detrás de Albon, y un quinto puesto en el Europeo de Genk, que también ganó, es verdad, Albon, el único rival para él de la temporada. En los años siguientes, Max tuvo la oportunidad de ajustar cuentas, conquistando todos los títulos posibles, tanto con los karts automáticos como con los de marchas. Pero, incluso limitándose a aquel 2010, quien conocía el mundo de los motores y sabe “leer” en el corazón y en la cabeza de los pilotos, había apostado sus fichas por aquel, de mirada seria y envuelto en el mono oficial de CRG. Lo asombroso, de hecho, no fueron sus victorias, porque éstas, por sí solas, no bastan para hacer grande un piloto, especialmente si todavía tiene por delante toda una carrera por construirse. Lo que más impresionó fue cómo Verstappen obtuvo aquellas victorias. Es verdad: con sólo 12 años, Max había tenido ya la oportunidad de correr muchísimo, incluso en las pistas que luego fueron los principales teatros de sus carreras, pero por otra parte, el material de CRG, a principios de temporada, no era claramente el que mejores prestaciones ofrecía de todo el lote, tanto que, en las cinco etapas del WSK Euro Series, el único chasis CRG y único motor Maxter presentes entre los 10 primeros, por orden de llegada, eran los de Max.

Max Verstappen. En 2010 respondía así:

¿Tu piloto favorito?
Alonso, por su estilo de conducción y los adelantamientos.
¿Tu sueño?
Ganar el mundial de F1: ¡es para lo que estoy trabajando! Me gustaría hacer también la 24 horas de Le Mans.
¿Otros deportes además de los motores?
Sky jumping (es bonito de ver) y el fútbol.
¿Una palabra que define el kart?
Escuela. Que no te puedes saltar si quieres correr con los coches de carreras.
¿Dónde te ves dentro de 10 años?
Espero que en Fórmula 1
(lo ha consiguido en mucho menos tiempo, n.d.r.).

Deducción: lo que le faltaba al material, lo puso Max. Contraprueba: acabando la temporada, el material de CRG, sin embargo, se había colocado entre los de mayor rendimiento, capaz de llevar a varios pilotos a los primeros puestos, a nivel de tiempos, en carrera. Resultado: Verstappen ganó con un gran margen, sacándole al resto del grupo considerables ventajas. A esto se le añade una constancia impresionante en los resultados durante toda la temporada y, sobre todo, el hecho de haber conseguido ganar enseguida, en su debut, tantos premios y tan bien, no sólo en una serie competitiva, como el WSK, sino, más en general, en las que fueron, para él, las primeras carreras fuera de Bélgica.
Al margen del “cómo”, hubieron también varios “porqués” que hicieron que el plato de la balanza, en lo que se refiere a reconocimiento, se inclinara a favor de Max. El primero de todos: su total dedicación a su causa. Contaba Verstappen, en 2010: “Empecé a correr con el kart a los 4 años y fue sólo por culpa del reglamento si tuve que esperar hasta los 7 para hacer mi primera carrera”. Que concluyó, ni que decir tiene, con una victoria. De ahí en adelante, los cuatro años siguientes tuvieron el único defecto de ser un poquito monótonos: carreras sólo en Bélgica (el país en el que vivía, aunque Max es holandés) y casi sólo primeros puestos en la meta. ¿Y la escuela? Como los demás, aunque: “tengo muchas faltas de asistencia. Pero estudio mucho y los resultados son buenos. Así que nadie se queja. No me siento distinto de los demás chicos: viajo mucho, eso sí, pero sólo para salir a la pista. Cuando he ido a Milville (para la segunda ronda del WSK World Series de 2010, n.d.r.), todos me decían ‘¡caramba, vas a los EEUU!’ Pero yo de los EEUU no he visto nada, sólo la carrera de kart”. Hoy que Max, al mundo, le da muchas más vueltas, su dedicación no ha cambiado: antes de nada, hay que desempeñar bien el propio oficio.

Giancarlo Tinini

Dueño de CRG, el equipo con el que Max corrió los años más importantes para él en kart. En 2010, decía de Verstappen: : “Max tiene un manejo del vehículo extraordinario. Hay pocos pilotos capaces de marcar la diferencia ya en las dos primeras vueltas de una carrera. Él es uno de ellos."