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Me dijo que se llamaba Lawrence Stroll y que era un gran empresario del campo de la moda, el cual había sido antes patrocinador y amigo de Michael Schumacher. Sinceramente, yo no lo conocía, pero algunos días más tarde hablamos por teléfono y me pidió que fuera a verle a Canadá. Antes de salir, le dije a mi mujer: 'El padre me ha dicho que el muchacho es muy bueno. Pero es normal que hable así de su hijo. ¿Tienes idea de cuántas veces lo he oído? Como no sea un fenómeno, me vuelvo para casa sin pensarlo dos veces. No tengo ganas de perder el tiempo'.
Sin embargo, cuando lo vi en la pista, comprendí que su padre tenía buenas razones para pensar así y que se trataba de un muchacho especial, aventajado. Sobre todo me sorprendió la garra que tenía: era superior a la media. Y esto es algo raro, porque los chicos que vienen de familias tan pudientes, en general, no tienen que ganarse las cosas a pulso, por lo que suelen tener menos determinación. Pues él no. Es más ¡justo lo contrario! Antes de él, el último muchacho al que había visto con las mismas ganas era Fernando (Alonso, piloto del equipo de Mike Wilson, que en 1996 ganó la copa CIK-FIA 5 Continents Juniors Cup, n.d.r.). Lance conducía bien y escuchaba todos tus consejos. Recuerdo una final del ROK International en la que salió en primera fila, en segunda posición.
Quinta de 1959, ha sido el mejor piloto de la historia del kart. El único capaz de ganar 6 títulos mundiales: 1981, 1982, 1983, 1985, 1988, 1989. Tras dejar el volante, siguió en el ambiente del kart como asesor y tutor para jóvenes pilotos