RENZO GIUGNI:
AL TALLER, EN LUGAR DE AL BAR
TKART Staff
21 Junio 2018
Era el invierno de 1971, y por la tarde, después del trabajo, con mi padre, en lugar de ir al bar, nos encerrábamos en el taller e intentábamos darle vida a una pasión. Así nació nuestro primer chasis Sprinbok. Y pensar que papá, hasta un año antes, de coches no quería saber nada, su pasión era la pesca.
En cambio, yo hacía ya tiempo que me divertía yendo a correr con mis amigos, apañándonos como podíamos: entonces no había el tráfico que hay ahora ni tampoco radares de velocidad, así que se agarraba el coche y se iba por toda la A1 (la principal autopista italiana, n.d.r.), que estaban construyendo. En la circunvalación entre Ravenna y Lugo nos desafiábamos con carreras improvisadas, y un poco peligrosas, efectivamente. Pero después de haber destrozado mi segundo coche y haberme roto un brazo, pensé que quizás había llegado el momento de hallar otro sistema. Tenía un amigo que ya corría con los karts, así que lo seguí, y nació en mí una pasión que todavía hoy llevo conmigo.
Mis padres, al principio, no querían saber nada, así que el primer kart me lo compró mi tío, que naturalmente acabó peleándose con ellos por el asunto.