OSCAR SALA

LE DIJO A PRATESE CÓMO GANAR EL MUNDIAL

Estábamos en Estoril. Mundial 100 Clase A de 1974. Un año después de la victoria mundial de Fullerton en Nivelles.

Nuestros pilotos de punta eran el paduano Riccardo Patrese, Eddie Cheever y, una vez más, Terry Fullerton. En agosto, antes de la carrera del campeonato mundial, fuimos una semana a Estoril a probar la pista donde se iba a disputar la carrera. Riccardo probó un chasis Targa evolution. Eddie, el tradicional.

Aquel año, el trazado iba en parte sobre la pista de la Fórmula 1, en parte por el viejo aparcamiento del circuito, en el que se había construido una especie de kartódromo. Aún recuerdo las dificultades de Riccardo con la estrategia en la chicane al final de la recta, la que llevaba al tramo específico para el kart: iba despacio de veras y no conseguía dar con la solución para afrontar aquella “ese” tan brusca.

Patrese, de hecho, era un piloto que conducía con precisión, muy bien, pero aquel tramo era necesario cogerlo un poco “a la vieja usanza”, con una conducción más sucia e irruenta. Entonces le digo: “¡Sígueme, que te enseño cómo se hace!”