Los
neumáticos son seguramente uno de los elementos que más ha cambiado: antes no existían restricciones sobre los “ingredientes” que se podían utilizar para su fabricación, sobre todo en lo que se refiere a los
aceites. Las mezclas resultaban más
blandas, con un
agarre elevado y, en general, de mayor rendimiento, especialmente en las competiciones internacionales. Esto daba pie a una conducción más
tosca, llegando incluso a
derrapar con el eje trasero en las curvas más rápidas para aprovechar su elevada
adherencia y no dejar que el kart se quedara plantado. De hecho, el peligro que se corría con unos neumáticos tan blandos, en algunas pistas con temperaturas altas, era el de hacer que la banda de rodadura se quedara
pegada, literalmente, en el asfalto. Hoy, con la obligación de utilizar aceites naturales, para la protección del
medioambiente, ha llevado a una reducción del agarre. Además, la voluntad de la
CIK-FIA de bajar los costes estableciendo un precio máximo de venta ha hecho que los fabricantes tengan un margen de maniobra limitado.