UN POCO DE HISTORIA
Mi
experiencia ha sido distinta de la de quien, desde
muy joven, tiene que salir de
casa y aprender a
arreglárselas por sí solo. Yo permanecí siempre en el seno de la
familia y, lo que es más, pude contar con mi
tía Luigina (Luigina Guerrini, mecánica de gran experiencia, n.d.r.), que estuvo a mi lado desde
1982 a
2008, ayudándome muchísimo.
Empecé a correr con
8 años. Cuando aún era muy joven, tuve un
accidente grave: me rompí el
fémur y me operaron varias veces. Mis padres intentaron que probara otros deportes, pero yo quería
correr con el kart: lo retomé y también entonces hallé en Luigina un
respaldo importante. Además hice un buen papel
ganando las primeras carreras y tuve suerte al toparme con
Tony Kart, que necesitaba personas que
pudieran crecer con ellos. Hoy es más difícil, pero pienso que, para estar entre los primeros, es
imprescindible dar con una empresa que te
sostenga en todo.