El ancho de la vía trasera (como en el caso de la vía delantera) es un factor determinante a la hora de ajustar el vehículo. Mientras el estándar en contextos competitivos es la anchura máxima (140 cm para KF/KZ), un agarre bajo y condiciones de humedad hacen necesario aplicar variaciones. Hemos bajado a la pista para ver exactamente cómo los cambios en el ancho de vía afectan al rendimiento de la conducción.
Prueba en pista para ver el rendimiento del kart en función de las variaciones del ancho de la vía trasera.
Prueba 1: vía trasera de 136 cm.
Prueba 2: vía trasera de 140 cm.
Adria Karting Raceway en Adria (RO)
Pavimento bien mantenido y uniforme, con buen agarre, aunque no excelente, tras la carrera Rok Cup Italia que se había celebrado en el fin de semana. Para maximizar la sensibilidad de la conducción, se eligieron neumáticos de alto rendimiento, específicamente los Vega Blanca.
Anchura delantera | 5 muescas |
Comba | Neutra |
Avance | Neutro |
Altura trasera | Baja |
Altura delantera | Neutra |
La configuración de 136 cm es más bien estrecha. Así que, con los neumáticos de alto agarre como los Vega Blanca y las condiciones de pista con goma que teníamos (después de un fin de semana completo de carreras), esperábamos una mordida excesiva en el extremo trasero, subviraje a la entrada de las curvas y salto lateral en las secciones con curvas.
Como se esperaba, el extremo trasero se pegó demasiado a la pista, con importante efecto de subviraje. Para contrarrestarlo, había que girar el volante excesivamente durante toda la duración de la curva y, especialmente en el segmento inicial. La entrada a la curva requirió también un gran esfuerzo de dirección, debido al deslizamiento insuficiente del extremo trasero. En curvas semi rápidas, como la «L» interior, el efecto de mordiente trasero fue tan fuerte, que el chasis saltó lateralmente.
El gráfico generado por el sistema de adquisición de datos AIM muestra que en la horquilla antes de la S, la mordida posterior excesiva con la configuración de136 cm (línea verde) exigió demasiado frenado y dirección, hasta el punto de que los neumáticos traseros deslizaron repentinamente, provocando una significativa pérdida de velocidad a lo largo de la curva. Por otra parte, el agarre fuerte ayudó en la salida de la curva. Además, con la configuración estrecha que hacía que el kart fuera muy reactivo y rápido con cambios de dirección, pudimos mantener una buena velocidad en la S. En la última gran curva que conduce a la recta, sin embargo, el excesivo agarre trasero volvió a dificultar la entrada a la curva y conservar el control a todo lo largo de la misma, con la consiguiente pérdida de velocidad en el primer segmento de aceleración.
Con la configuración estrecha de 136 cm y una pista con condiciones de mucho agarre, nuestros neumáticos delanteros deslizaban demasiado y no «trabajaban» como debían. Y como se calentaron más rápidamente de lo habitual en las primeras vueltas, resultó imposible más adelante establecer la presión correcta (Vega recomienda 0,78 – 0,82 bar). En la parte trasera, sin embargo, la mordida excesiva del kart hizo que se recalentaran los neumáticos llegando a una presión muy superior a la recomendada para conducir. Estos efectos combinados se vieron de manera clara al observar la huella del neumático trasero al final de nuestra prueba: la superficie era bastante áspera y desigual