Los sistemas de refrigeración, como hemos dicho antes, pueden ser de aire libre, aire forzado o líquido forzado. En los karts se utilizan (o se han utilizado) el primero y el tercero.
El sistema de aire libre es más sencillo pero menos eficaz. Básicamente, funciona aprovechando el aire que impacta sobre el motor gracias a la velocidad del kart y que, siendo más frío, arrastra el calor enfriando el propulsor mismo. En este caso, el cilindro y su cabeza disponen de amplios aletados de aluminio aptos precisamente para incrementar el intercambio de calor entre el aire y el cilindro.