Es el líquido que transforma la fuerza aplicada al pedal de freno en la fuerza que comprime las pastillas del disco para frenar el kart. Por ello, es fundamental garantizar que mantenga sus características durante el mayor tiempo posible
El líquido de frenos es un aceite hidráulico cuya función es transmitir la fuerza de frenado del pedal de freno a las pinzas. El aceite es comprimido por la bomba de freno, que puede aplicar una presión que va desde unos pocos bar hasta más de 100 bar. Existen dos familias distintas de líquidos de frenos: a base de glicol y a base de silicona. Los líquidos de frenos a base de glicol se caracterizan por su corrosividad y por ser higroscópicos, es decir, tienden a absorber la humedad del aire a través de los tubos y las juntas.
La humedad es un factor que compromete la eficacia del líquido, alterando sus características físicas. Cuanto mayor sea el punto de ebullición del líquido de frenos, mayor será su propiedad higroscópica. Los fluidos de silicona, en cambio, no son higroscópicos ni corrosivos, pero son más comprimibles que los fluidos glicónicos. El tipo más común de estos productos es el DOT 4, que tiene muy buena resistencia a la temperatura y baja higroscopicidad.
Para realizar su función correctamente, el líquido de frenos debe poseer varias propiedades. En primer lugar, debe tener una baja compresibilidad, incluso a altas presiones y temperaturas, para minimizar la elasticidad y el recorrido del pedal de freno. En segundo lugar, debe tener un punto de ebullición elevado (o una temperatura de ebullición mínima) para evitar el fenómeno del “vapor lock”, es decir, la formación de burbujas de aire en el circuito, lo que provoca un mayor recorrido del pedal. En concreto, este fenómeno se produce cuando el agua, presente en forma de humedad en el circuito de frenado, entra en ebullición debido a las temperaturas excesivamente altas que alcanza el líquido de frenos (por el calor que generan las pastillas, los discos y las pinzas de freno durante la frenada en pista), produciendo burbujas de aire comprimibles. Por lo tanto, el pedal se vuelve elástico y esponjoso, y la fuerza de frenado ejercida por el pie no se transfiere completa y directamente de la bomba a la pinza de freno, lo que hace que el sistema pierda eficacia. El líquido de frenos también debe tener un valor de viscosidad bajo, para garantizar unas pérdidas de presión mínimas incluso en los pasajes más estrechos del circuito de frenado, como el interior de la bomba o la pinza de freno, donde los conductos tienen diámetros de apenas unos milímetros.