En el momento de los hechos era el año 2011... Pero, en realidad, el germen “del proyecto” se incubaba en nuestros animos desde la noche de hace mucho tiempo. Porque, aunque si no se es un hombre particularmente navegado, no se puede quedar indiferente delante a la palabra Playboy.
El poder de una marca (¿el conejito estilizado con un smoking te dice algo?) que ha hecho de verdad historia a nivel internacional: sin contar el peso especifico que ha tenido en la revolución sexual, basta con pensar en la lista infinita de Playmate (desde Marilyn Monroe hasta abajo) que tuvieron éxito en las páginas de la revista capaz de vender millones de copias en todo el mundo.
Por eso, aunque si sucedió hace un tiempo, no puede no entrar en el canal “una vez en la vida...” el proyecto de haber llevado a la pista las conejitas de Playboy junto a un testimonio de excepción.
Pero vamos en orden: el primer paso de nuestra historia nos lleva al interno de los muros de la redacción milanés de TKART, cuando, en una de las muchas reuniones para compartir ideas por traducir en artículos para el magazine, alguien tiene el valor de decir lo que muchos piensan desde hace un tiempo: “¿Por qué no llevamos al kart una presencia femenina un poco provocatica?”.
La propuesta fue aprovada por unanimidad. Cómo por la unanimidad está asociada esta idea, el nombre de la provocación es un icono: Playboy, precisamente.