El carburador de membrana permite ajustar la carburación directamente en la pista, por medio de unos tornillos que regulan los regímenes altos y bajos del motor. Las membranas que se hallan en su interior, con el tiempo, tienden a perder elasticidad, modificando la calibración del carburador. Quien compite suele hacer un chequeo del carburador antes de cada evento y le comprueba la presión al final de cada jornada de pista. El piloto aficionado puede limitarse a revisar el carburador de membrana con cada cambio de pistón en el motor, pero es algo que hay que hacer.